De naturaleza salvaje, protegidas por un extenso pinar (pinos resineros) de cientos de años de antigüedad (Matas Nacionais), se sucede una alternancia de acantilados golpeados con furia por el mar y extensas playas de arenas finas y limpias, de incalculable belleza. Las características paisajísticas hacen que esta zona juegue un papel fundamental en el turismo ambiental.
Uno de los puntos de interés en esta región, es la población de San Pedro de Moel, pueblo alejado del bullicio de las grandes ciudades, situado en las proximidades de la ciudad de Marinha Grande, en el distrito de Leiria.
La principal virtud de esta localidad es la de inspirar paz y tranquilidad a sus visitantes o moradores, siendo capaz de transmitirles la hospitalidad portuguesa y ofrecerles lo mejor de la gastronomía portuguesa, con sus arroces, mariscos y pescados frescos, recién salido del mar.
La costa en este lugar, al igual que en toda la Costa de Plata, se caracteriza por la presencia de grandes rocas formando impresionantes acantilados, junto con playas de limpias arenas.
El ambiente joven de la zona se ve favorecido por la presencia de algunos bares y zonas de encuentro de jóvenes y negocios a pie de playa para la práctica del surf y body-board.
Si se prefieren aguas más tranquilas, se puede optar por las cristalinas piscinas de agua salada, situadas junto a la playa.
Otros de los puntos de atracción de la localidad es su precioso faro, situado a unos dos kilómetros del pueblo y unido al pueblo a través de una pasarela de madera que recorre el litoral sobre los acantilados, con unas vistas inigualables del Océano atlántico. Un verdadero placer para la vista.
El faro es punto habitual de encuentro de pescadores y mariscadores, a la búsqueda de los codiciados y exquisitos percebes de la zona.
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