La llegada de las primeras lluvias otoñales importantes, ya casi invernales, hizo que tras los primeros rayos de sol, los pinares de Pedra do Ouro se llenaran de vida a modo de setas. Los cautivados por la belleza de Portugal, aprovechamos la ocasión y el famoso "puente de los controladores", para disfrutar de este momento.
Esto hace que los enamorados a las setas se vuelvan locos paseando por el inmenso pinar atlántico y los que no nos prodigávamos en esta actividad empecemos a engancharnos ante tan maravilloso espectáculo de la naturaleza. Había oportunidad de ver setas de todos los tamaños, formas y colores, como lo demuestran las preciosas fotos realizadas por Eduardo Rebollada.
Gracias a la experta visión de algunos de los expedicionarios (Rosalía, Eduardo y Carlos), los que nunca habíamos cogido más setas que las del Carrefour, nos aventuramos bajo su atenta mirada a la recolección de los deliciosos níscalos. En un momento cogimos una bolsa de ellos, que tras la selección y lavado por parte de Eduardo y Rosalía, fueron cocinados por ellos mismos y degustados, algunos ya en tierras cacereñas.
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